AH CHE! OTRO ANIVERSARIO DEL CHE
AH CHE!! OTRO ANIVERSARIO DEL CHE
Has muerto nuevamente Che.
Cada 9 de octubre mueres.
Todos los años tus ojos abiertos,
miran la eternidad de la lucha
desde el jergón-altar de La Higuera.
Cada vez es más carnal el tiro,
no puede el olvido con tu mirada.
Cuántas veces más pesan hoy
la cantidad de libros con tu historia,
la superficie oceánica de tela,
para que tu cara inmarcesible flote
sobre cada metro del universo.
Pero, no era que la globalización
producía hábitos, saberes, reacciones,
algún espamo seminal del conocer?
O será la impenetrable costra azul
del cielo virtual comunicadísimo,
que desconoce la vida que se entrega
y reconoce la muerte pantallística,
como íncubo que duerme con la madre
y aborta la luz antes de dar calor.
Caes de nuevo Che y para siempre,
para el nunca-jamás de la desdicha.
Hoy un héroe es casi una pastilla,
una verdad que envolvió para regalo
con un rictus de sangre en el mercado,
el desconocido ningún nadie de la nada;
que sabe todos los precios pero ignora el valor,
que capta ojos y oídos también boca parlera,
que gusta con olores y toca con envases.
Y no llegará empero a calar el silencio:
el que endurece el canto sin perder la ternura,
el que sopla en la frente de todas las batallas.
Que se fue con la estrella que brillaba en su gorra,
que se llevó al hombro el estertor del siglo.
Alguna vez oí de boca campesina y voz paisana:
que “es mucho más oscuro antes de amanecer.”
Si es así ese destello de ADN redento,
mojará otra marea con espuma de Valle Grande:
imaginar un hálito saliendo a ser más vida
es una imposible heredad de la historia
y una más imposible realidad de ser sol
para un día más nuevo con sangre de los hijos.
Miguel Angel Osorio
Has muerto nuevamente Che.
Cada 9 de octubre mueres.
Todos los años tus ojos abiertos,
miran la eternidad de la lucha
desde el jergón-altar de La Higuera.
Cada vez es más carnal el tiro,
no puede el olvido con tu mirada.
Cuántas veces más pesan hoy
la cantidad de libros con tu historia,
la superficie oceánica de tela,
para que tu cara inmarcesible flote
sobre cada metro del universo.
Pero, no era que la globalización
producía hábitos, saberes, reacciones,
algún espamo seminal del conocer?
O será la impenetrable costra azul
del cielo virtual comunicadísimo,
que desconoce la vida que se entrega
y reconoce la muerte pantallística,
como íncubo que duerme con la madre
y aborta la luz antes de dar calor.
Caes de nuevo Che y para siempre,
para el nunca-jamás de la desdicha.
Hoy un héroe es casi una pastilla,
una verdad que envolvió para regalo
con un rictus de sangre en el mercado,
el desconocido ningún nadie de la nada;
que sabe todos los precios pero ignora el valor,
que capta ojos y oídos también boca parlera,
que gusta con olores y toca con envases.
Y no llegará empero a calar el silencio:
el que endurece el canto sin perder la ternura,
el que sopla en la frente de todas las batallas.
Que se fue con la estrella que brillaba en su gorra,
que se llevó al hombro el estertor del siglo.
Alguna vez oí de boca campesina y voz paisana:
que “es mucho más oscuro antes de amanecer.”
Si es así ese destello de ADN redento,
mojará otra marea con espuma de Valle Grande:
imaginar un hálito saliendo a ser más vida
es una imposible heredad de la historia
y una más imposible realidad de ser sol
para un día más nuevo con sangre de los hijos.
Miguel Angel Osorio
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