poema
Al maestro José Tello.
A mi guitarra.
Guitarra mía,
que tiemblas en garganta
cuando dejo mi silencio por un rato
y te rozo con mis dedos la nostalgia.
Guitarra mía,
tu conoces los caminos de mi adentro
como yo la madera de tu alma,
juntos somos un conocimiento
pero más aún, una íntima confianza.
Guitarra mía,
que en seis cuerdas regalas melodías
al dolor de la existencia cotidiana
y que consuelas mi triste padecer
con milongas, canciones y alabanzas.
Yo quiero agradecerte compañera
esto de andar juntos noche a noche,
entendiendo todo sin decirnos nada.
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