Selección de poemas y canciones de Claudio García
LA MADRE
la madre está gravemente enferma
pero antes de morir no cambia
su ritmo habitual de vida, es decir,
conserva siempre puestos el delantal y
la enagua, el rouge y el cuchillo en su mano derecha,
no cambia la voz, no la aflauta
en un último deseo, algo como
háganle la sopa a papá
traten de rezar algunas veces
cierren bien las piernas, hijas
la madre está gravemente enferma
pero igualmente se deja violar por el marido
acariciándole el pelo mientras le controla
los bolsillos, y le saca dos de cada tres billetes,
la madre está gravemente enferma
pero le dice al médico que no se preocupe
que lo fueron a buscar en vano
porque es sólo un resfrío, o a lo sumo
la malasangre correspondiente al recibo de luz,
la madre se muere antes de que le alcancen un té con limón
y en el último minuto ve esfumarse la imagen
de un hombre, el sonido de un vals
y piensa con bronca en la vecina que
hipócritamente irá a su entierro.
(De "Versos de primera intención")
ENCENDAMOS UN FÓSFORO
encendamos un fósforo que la calle muestra
sus sombras movedizas,
el que nació hace setenta años
y muerto pocos minutos atrás aniquilado de frío
ya no tiene presente,
si bien para tres desprolijos borrachos
recién ha nacido,
por eso festejan y me hacen señas
como para contarme un secreto.
(De "Versos de primera intención")
SI ARRASTRO AL FIN A ESA MUJER
si arrastro al fin a esa mujer
la maría que el poeta encontró en buenos aires,
y apareció en mi ciudad
cuando escupía sin ganas en un banco
y un día uniforme y por llover
llevaba a pobres animales a sus cuevas,
y linyeras con ojos como plomadas
rastreaban monedas por el piso
si ya la estoy llevando de los pelos
a esa mujer que se hizo trenzas
mirándose en los ojos del poeta
antes de empezar la matineé en el cine más rasca de floresta,
y que apareció sin maletas en mi ciudad
aunque con carga en la cara de pinturas,
como esa cera que acumulaba en mis uñas
por escarbar mi oreja y mi respiración
que se ahogaba en el pecho por no sé cuál hollín de los recuerdos
si ya se encuentra en mi cama
esa mujer extenuada de tantos amores viejos,
como el del poeta con torpeza y público
en los fondos de la estación de villa luro
antes de buscar en algún boliche
una sartén de huevos, cebolla y carne
y qué tren invisible de villa luro la trajo a mi ciudad
me arrancó de una soledad jadeante
en un banco en un día uniforme,
con el colmo de linyeras mirándome con lástima
y dejó que con bronca le arrancara sus ropas
clavadas en su piel por el viaje
desde ese buenos aires que reconocía en cada uno de sus gemidos
que salían de una boca donde el poeta sonreía.
(De "Un corsario con sus piernas quebradas")
HAY UN PINO VIEJÏSIMO EN LA PLAZA
Hay un pino viejísimo en la plaza
que nadie cuida,
pero que todas las navidades
es cubierto con lamparitas de colores,
guirnaldas
y cajas que simulan ser
grandiosos regalos.
Terminada la navidad,
nadie limpia el pino
de tantos objetos absurdos.
Con los meses,
las lamparitas, las guirnaldas y las cajas
terminan cayéndose solas,
derruidas por las contingencias
del clima.
El pino queda de este modo
preparado para una nueva navidad.
(De "Poemas un tanto amigos de una seguidilla de días de lluvia e insomnio")
ESTA MUJER PODRIA SER MI MUJER
Esta mujer podría ser mi mujer,
pero, hasta el momento, es sólo mi enfermera.
Contratada desde que hace días
la fiebre empezó a rondar los cuarenta grados
y los médicos decidieron salomónicamente
que debía meterme entre las sábanas
y esperar a que todo se arreglara.
Esta mujer podría ser mi mujer,
pero, hasta el momento, es sólo mi enfermera.
Se ocupa en darme pastillas y genioles
que hacen sangrar mi úlcera;
retacea los vasos de agua que le pido
y, sin ningún tipo de consulta,
guarda en su cartera mis billetes.
Me entretiene leyendo los prospectos de esos medicamentos
que guarda en los bolsillos de su guardapolvo rosa celosamente,
y cuando intento con mi mano tocar sus entrepiernas,
me empieza a hablar de los enfermos
que vio morir en sus años de profesión
y de las veces que las últimas bocanadas de aire
coincidieron con escupidas de sangre
y profundos gemidos que sonaban a un tren llegando de lejos.
No puedo entonces transmitirle mis ganas de hacerle el amor,
de proponerle que abandone su profesión y viva conmigo.
Por el contrario, sus terribles historias
me hacen sudar como caballo, congelan mi lengua y nublan mis ojos.
Esta mujer podría ser mi mujer, pero,
a esta altura no sé si podría sobrevivir a sus extremos cuidados.
Temo además encontrar su lengua bífida
cuando en medio de la excitación y los arrebatos del cuerpo,
busque desesperado su boca con mi boca.
(De "Poemas un tanto amigos de una seguidilla de días de lluvia e insomnio")
¿DONDE PUEDEN ESTAR MIS VIEJOS ZAPATOS?
¿Dónde pueden estar mis viejos zapatos?
Recién ahora me doy cuenta, a mitad
de camino de mi pobre y monótono trabajo,
que mis pies se desplazan fríos y desnudos sobre el asfalto.
No me perdonaría perderlos.
Los llevó desde la guerra, de cuando unos perdían la vida
y otros de a poco los kilos y la ropa.
Esos zapatos que casi perdí corriendo,
escapando del bombardeo incesante de los enemigos, y el azuzar
represivo de los soldados amigos que nos querían clavar al piso
porque así lo pedía la patria.
¿Dónde pueden estar mis viejos zapatos?
He regresado a casa y no los encuentro.
No me perdonaría perderlos.
Los llevo desde mucho antes de la guerra.
Desde aquella vez en que, oriundo de un
sector del país que se cree lo más importante
del país, bajé por el lado derecho del mapa y te encontré.
Mis zapatos dejaron entonces de correr
y en medio de un cielo que se había puesto tan nublado
vos inauguraste de a poquito un poco de luz y un amor
que empezó por los labios y terminó conquistando todo el territorio
más allá de la epidermis, tragando todo lo que quizás
uno vivió para bajar un día por el lado oceánico del mapa
y encontrar que una madre había parido una mujer-puñal destinada a hacerme mella.
Después pasaron los años y ella pasó,
y luego también pasó la guerra, pero los zapatos quedaron.
Infinitos nudos de tristeza apretan mi cuello al pensar que mis zapatos,
que aguantaron tantos avatares, ahora hallan desaparecido.
¿Fue descuido o el azar?
Miro mis pies desnudos con la extrañeza
de alguien que un día se levanta y descubre que le han
amputado algunas partes del cuerpo.
¿Fue descuido o el azar?.
Miro mis pies desnudos con el rencor de quien
regala las espinas de un ramo de rosas para decirle
adiós a una mujer que lo maltrató por años.
¿Fue descuido o fue el azar?
Miro mis pies desnudos con la desesperación
de quien busca en los libros el conocimiento
o el secreto que le evite descubrir
que las paredes son más resistentes que su frente.
¿Fue descuido o el azar?
Tengo que encontrarlos.
No me perdonaría perderlos.
No podría resistir un nuevo calzado;
atar con desgano los cordones de unos zapatos que nada saben de mí.
No soportaría pensar que en esos momentos
alguien se está poniendo mis viejos zapatos, ignorante
de que en ese calzado se esconden sin ser vistos los estruendos
de las bombas que estremecieron mi cuerpo,
el rozar de su vestido antes del amor,
un amanecer con los ojos muertos
y tanto y tanto de lo que fue mi vida.
(De "¿Dónde pueden estar mis viejos zapatos?, Mariela y otros poemas")
GRILLETES (cueca)
Una señora pasa
con sus billetes
a comprar una casa
y unos grilletes.
Con la casa que compre
tendrá su abrigo
y con unos grilletes
tendrá marido.
Tendrá marido, sí
pa' que obedezca
y si se porta bien
algo de siesta.
Algo de siesta, sí
hijos e hijas
comida bien humeante
y el domingo misa.
Los domingos a misa
sin ropa vieja
y con unos billetes
para la iglesia.
Porque es la garantía
del casamiento
no se rompe el grillete
hasta estar muerto.
Si el marido se suelta
por fallecido
la señora lo llora
con los vecinos.
Con los vecinos, sí
y acongojada
y a lavar los pañuelos
por las lloradas.
Por las lloradas, sí
hasta que el tiempo
se acuerde del grillete
y olvide al muerto.
Olvide al muerto, sí
nuevo marido
a renovar la cama
y los vestidos.
(De "El búho, inédito)
BUSCO
Busco un hueco donde ocultarme,
la grieta de una mujer,
la oscura pieza de Baudelaire
con su redoma de láudano,
el espacio tibio de la cama
que deja una sonámbula.
¿Porqué esta angustia y el
miedo pegado como abrojo?
Cuando no estás, vivo con una niebla
delante de los ojos.
Busco una capucha de luz de luna
que oculte los ratos de soledad,
tu voz muy suave diciéndome al oído
"te amo con tanta intensidad",
mi cuerpo obedeciendo el oleaje del mar,
la novela abierta ante el vaso de licor.
Busco viejos olores donde protegerme,
el juego barato de la lluvia,
la afición de contar las estrellas,
quedarme loco o confundido por el alcohol,
recogerte el pelo en dos trenzas
antes de que permitas el amor.
¿Porqué esta angustia y el
miedo pegado como abrojo?
Cuando no estás, vivo con una niebla
delante de los ojos.
(De "Negros y luminosos", inédito)
NO SÉ
Tuve amigos con los que éramos dioses,
pero los años
nos llevaron por distintos caminos.
Tuve mujeres a las que supliqué que creyeran
que yo era capaz de hacer cualquier cosa
con tal que no me dejaran,
pero terminaron diciendo adiós.
Como un gato con las uñas sacadas,
atesoré por años objetos que me resultaban imprescindibles:
algunos discos,
libros, una pipa,
los retratos enmarcados de Adhorno y Hendrix;
pero el tiempo llevó a que no les otorgue tanta importancia.
Hay noches que no puedo dormir
y siento haber perdido todas esas cosas.
Otras, aferro la certeza que mi futuro
depende en gran medida
de dejar de malgastar mi vida pensando en cosas del pasado.
No sé, a veces, si soy dueño
de un triunfo o de una derrota en secreto.
(De "Negros y luminosos", inédito)
LAS ROPAS QUE VISTO
Las ropas que visto
Fueron compradas
A tipos que se encuentran
Próximos a morir.
Conscientes de su fin,
Obtuve de ellos
Buenos precios.
Sólo me arrepiento
De un gorro que no tuve
El cuidado de probármelo,
Y cuando llegué a casa
Descubrí que no entraba
En mi cabeza.
No sé porqué
Dejé pasar unos días
Y cuando traté de devolverlo
Ya era tarde.
El tipo se probaba
Su ataúd.
(De "Cactus", inédito)
ZAMBA DEL RETOBADO (zamba)
Sólo soy bueno conmigo
y malo con los demás
el amor que uno posee
no se lo puede mostrar.
Yo soy un hombre difícil
y me conforma muy poco
quiero más de una mujer
y en lugar de plata, oro.
No moriré poco a poco
como se suele morir
recién cuando tenga ganas
buscaré mi proyectil.
Bebo grandes vasos de agua
cargados con mucho alcohol
llevo un enorme cuchillo
oculto en el pantalón.
Cuando la vida sonríe
me río a las carcajadas
cuando me trata muy mal
hago que no pasa nada.
No moriré poco a poco
como se suele morir
recién cuando tenga ganas
buscaré mi proyectil.
I
Mientras en este pueblo
todos son cautivos del frío
y tiemblan en sus camas
produciendo sonidos extraños
como si tuvieran patitas de tero
y ocultos en sus cuerpos
relojes de todos los tamaños
y botellas de alcohol
mientras en este pueblo
no hay prostíbulos ni bandas
de música en los parques
en nuestra casa blanca
nos corren descalzos
el amor y el deseo.
8
El corazón debe tener partes que a veces sobran
o a veces influído por la lluvia o los avatares del amor
late con desaliento y uno siente como que se achica.
Que el corazón que inundaba el pecho
y cargaba de lucidez los pensamientos
puede llegar a asemejarse a un pájaro temeroso
encarcelado entre la palma y los dedos de la mano
o una estrella distante que apenas si titila entre astros dominantes.
Cuando el corazón se encoge
como el agua de un charco castigada por el sol
lo que menos preocupa es la sepultura.
Se percibe que ya que el tiempo consume intensamente la vida
poco vale acortar o apurar el trago.
Si no fuera por vos
no me importaría llevar un corazón triste y disminuído
vivir licenciosamente,
como el héroe que sintiéndose vencido
arremete con fiereza al enemigo.
La embriaguez latiendo en el fondo de un vaso o
la mirada vidriosa en un cuerpo de mujer desconocido
serían sólo consecuencia de un corazón disminuído.
Si no fuera por vos, si no te amara,
toda bajeza humana podría cavar en mi pequeño corazón.
12
Admitiría morir, vaya y pase,
pero estar ciego, que me corten la lengua,
o que quede impotente,
me resulta inconcebible.
Entiendo más el suicidio
que tener un gancho en lugar de mano.
(De "El podador de flores")
17
Hay públicos leales y entusiastas para todo.
Las ideas, como los vehículos,
pasan a veces tan rápido que ocultan a
quienes llevan en su interior.
Tengo la suerte de un puñado
de ideas que me acompañan
de prácticamente toda la vida:
De Marx, por ejemplo, no tanto
aquello que "la historia de todas las
sociedades es la historia de la lucha de clases",
sino esta frase perdida en uno
de sus libros: "...si tu amor en cuanto amor no produce amor recíproco, si mediante una exteriorización vital como hombre amante no te conviertes en hombre amado, tu amor es impotente, una desgracia".
De Nietzche, por ejemplo, no me ha quedado
tanto el nudo del etorno retorno
de su Zaratustra, sino la sentencia de que
"amamos no porque estemos acostumbrados a vivir,
sino porque estamos acostumbrados a amar".
Del quebradero de cabeza que me dejó Hegel, siempre he
acunado aquella frase que: "Aún el pensamiento criminal de un malvado tiene más grandeza y nobleza que las fantasías del cielo".
Siempre me han guiado algunas frases.
El "haz lo que temas hacer" de Emerson,
y la sentencia de Marco Aurelio:
"El verdadero modo de vengarse
de un enemigo, es no asemejársele..."
No soy leal al status de comprender
sistemas complejos de ideas,
sino al don fugaz de atrapar líneas
con calidad de estrellas.
(De "El podador de flores")
23
Yo no me refería a eso.
Decía que algo etéreo,
como el zumbido del mar
de una caracola vacía,
se vuelve de pronto
un letal silencio.
Pero mi amigo asentía
y decía, que es verdad,
que no hay nada peor
que recibir una sonrisa complacida
de una mujer a la que se le balbucean disculpas.
Pero yo no me refería a eso.
Decía que a veces me siento desnucado
para cumplir con ciertas obligaciones
cotidianas y rutinarias,
como poner mi mano en el escote de su blusa
para que cumpla con su destino de mujer.
Pero mi amigo asentía
y decía otra cosa,
que es verdad que cuando anochece
el sol se escucha en la lejanía,
y cuando la luna empuja a la bebida
uno aparta los ojos de otros ojos
para que las miradas no quemen.
Pero yo no me refería a eso.
Decía que cuando nada subsiste
del sexo, del vino, del libro,
de la música,
se descubre que no hay nada peor
que aburrirse de sí mismo.
Y mi amigo asentía
y decía que es verdad, que cuando
se descubre verdaderamente a una mujer
se duda de ella.
Pero yo me refería a otra cosa.
Le decía a mi amigo,
porqué no entendés que me refería a otra cosa.
Que las cosas pasajeras se encarnan
y las verdaderas como el cristal
se rajan y rompen ante cada golpecito
de la vida.
Es verdad, se vuelven puñados de arena,
dijo mi amigo.
Y esta vez entendió a que me refería.
Los puñados de arena que se escurren
de los dedos sin nada de mí.
(De "El podador de flores")
VENCIDO
Realizo un trabajo que me tiene harto,
pero nunca lo descuido.
A veces creo que podría hacer otra cosa,
pero luego me convenzo que, a excepción
de lo que hago, todo me sería desconocido.
Cada tanto se acercan las personas
e interrogan en qué pienso mientras trabajo,
pero no puedo responder.
Es imposible
que pueda pensar una sola cosa por vez.
Siempre mi cabeza está embrollada
en muchos pensamientos,
cosas del pasado se mezclan con las del presente
y no puedo atrapar algo de claridad.
MEMORIA
En los hoteles fui guardando mi niñez
y ahora, que siento mis huesos como una molestia
entre la carne,
nada queda de los años en que no tenía obligaciones
y llenaba mis rodillas y brazos de raspones y moretones
en las largas tardes de potrero.
¿Se puede ser viejo sin recordar la niñez?
No se puede. Se sobrevive mientras se agotan
esas imágenes de cuando el cuerpo crecía
y el asombro no tenía límites,
pero cuando los recuerdos de la niñez se terminan
los minutos no se llenan
y la soledad se hace cada vez más grande
hasta que se termina muriendo de ataque al corazón
o consumido por el cáncer,
y eso es lo que dictaminan los médicos,
ignorantes de las causas verdaderas de muerte.
QUIERO ESTAR (canción)
Quiero estar en el brillo de tus ojos
en el rubor que sale en tus mejillas
ser sombrero que te ampare de los rayos
del sol cuando quema al mediodía.
Quiero estar en tus días y tus noches
ser la sombra del sol y de la luna
sostén del cansancio y de la lágrima
circundar tus recuerdos más queridos.
Quiero estar en la lluvia que te moja
ser aliento del viento que te roza
inyectar la saliva de mi boca
donde fluya el furor de mis sentidos.
Que te sepas siempre enamorada
de mis anhelos, credos y nostalgias
que haya paz en mi abrazo y en mi beso
y me arrastres sin pausa hacia tus sueños.
CELOSO (canción)
Celoso por el aire que respiras
del aroma que hueles de las flores
de la ropa que se pega a tu piel
de la humedad que escondes en tu cuerpo.
Celoso de todas tus cavilaciones
de los recuerdos donde no me conocías
del sueño donde yo soy un extraño
del sol que dibuja en tu piel clara.
Celoso del agua que te moja
del vino que te embriaga
de las lágrimas que brotan de tus ojos
de la saliva que te besa sin pausas.
Celoso de que mi amor no pueda
atrapar todo el espacio de tu cuerpo
que al arrullo de mi tacto y mis besos
siempre queden espacios sin conquista.
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