homenaje a la niña que fui
(primer poema, escrito a los 11 años)
qué triste está la tarde
la lluvia tamborilea en los cristales
y caen de los árboles
las últimas hojas
otoñales
qué triste está la tarde
en el cristal de mi ventana muere una flor
vestigio indestructible
de los pasados días
que ya no volverán
0 comentarios